Vendrá un día y te preguntarás
con qué derecho te he traído
a este lado de la realidad.
Huelo el futuro y me ve tu mirada
rencorosa y ardiente
removiendo la duda
el fuego de la duda.
Desde luego
las razones son tuyas
y aquí están mis mejillas
el polvo de mis mejillas
para que el viento azote
en tu nombre
y el mío
nuestro pobre recuerdo.

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