Ausente

Si un día estás sin mi
recuerda mis latidos junto a ti
y mis versos enmudecen
No hay silencio que logre callar
otros labios estarán cantando en tu voz
letanías de un nuevo amanecer

No existirán más labios que aquellos seductores
acorralan mi vivir... con días y noches de ti toda.

No seré la musa descalza
la que fue viajando por continentes desnuda de calor...

Seguirás siendo inspiración y motivo de existencia.

El que tantas veces negó sus caricias, la que huyó al refugio
de la brizna de la melancolía.
Ya no estaré en la platea del teatro
y tal vez sea un recuerdo de
un día de otoño.

Seguirá existiendo el teatro, lo mismo que
el malecón recibiendo huéspedes que han de navegar
en las islas del pequeño Estocolmo,
solo que ahora en la frialdad polar
un pasajero ha emigrado a otros mares.

Volaré, volaré como tantas veces semi y desnuda lo hice
pero... Esta vez será vestida en marcha nupcial y en todos
los sueños posibles.

Donde por fin la paz me envuelva con la luna
y sus diamantes velos.

Te dejo mis brazos los mismos que jugaron en tus sentimientos
mis manos que tejieron tus cabellos
y rozaron tus pezones querreros
mi aliento encendido que jugó y se extasió en tu cuello jadeante
mi sudor, que se deslizó en el tobogán de tus caderas
y mis trofeos que resplandecieron ante tu entrega.




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