Invierno en Mac-Iver

Aire gélido golpea mi terraza cada madrugada, a lo lejos se escucha el transitar de bohemios extraviados, la melodía de las micros invadidas de ausencias, la catedral siempre llena de eternos turistas, de fieles vagabundos, el forestal tan lleno de nostalgia, ansiedad que disminuye de trote en trote, amantes mimetizados entre el pasto que les sirve de almohada, melancólicos suicidas contaminando el aire en cada tabaco, adictos al insomnio con sobredosis de cafeína, niños para el futuro, juventud revolucionaria, viejos ojerosos, mujeres incansables, mandatarios de veletas y mi ojo fugitivo contemplando el invierno santiaguino.