La mañana debe seguir gris.


El día nos sorprendió en difuminado de grises, con un aire frío que nos amarraba en un abrazo. La cafeína matutina regula los estados alterados, el humo disipa un poco las ideas, el tiempo se detiene caprichoso, nos retiene, nos envuelve en una ola de ausencias, es viernes, 29 días para que el año diga adiós, nos esperan otros 366 días por sobrellevar, 366 emociones que al final cobrarán la factura con intereses vencidos.

Hoy me miré al espejo y reconocí poco del reflejo que habitaba del otro lado, esta prosopagnosia no sé si me ayude o me confunda. Quizá debería marcar los detalles que me hicieran recordar mi rostro, o quizá deba de dejar de buscar el perfil desperfilado que uso de careta hoy.

Es casi medio día, tomaré otro expresso, aunque de momento la mañana deba seguir gris.

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