Fugitivos.

Extranjeros fugitivos recorren los barrios bohemios de la gran metrópoli, buscando encuadres en cada esquina, coleccionando imágenes para el álbum de sus vidas, historias para contar una tarde de domingo. Desconocidos que abordan sus calles sólo para enamorarse, para perderse en las miradas de ciegos, para regalar sonrisas a mujeres mudas, para buscar utopías en otros silencios.
Turistas extraviados dentro de un mapa gastado que los envolvía en abrazos por la espalda, que los invitaba a quedarse, a perderse entre sus callejones sin salida, a no irse, a volverse eternos refugiados bajo puentes sin retornos.