Im dunkeln
Ms. Regen:
Antes que nada quisiera pedirte una disculpa por escribir hasta ahora, tuve una ligera recaída y termine en el Hospital, quizá porque es un momento de mucha tensión en mi vida, quizá me pasa al igual que muchos países en el mundo, es un mes de duelo para mí, no precisamente por una tragedia, sino por los recuerdos que vienen a comerme vivo... Al grado que necesitaré una cirugía en la brevedad posible.
He de confesarte que cuando leí lo que escribiste sobre tu cartero, desee con ansias estar en su lugar, ser yo quien llegue a tu puerta y no un desconocido, (aunque en este momento no sé si me reconocerías), y precisamente no llegue a tu puerta a dejarte una carta, sino mis brazos que demandan los tuyos.
La otra noche vino a mi casa el insomnio, por momentos sentía que me asfixiaba, que una fuerza se apoderaba de mí internamente y me invadía como queriendo correrme de mi propio cuerpo. Salí a caminar hasta llegar a una plaza, las luces de la noche que se fundían en la oscuridad me hicieron recordar aquellas noches, nuestras noches en mi automóvil rojo, cuando nos faltaban horas para terminar de vaciar nuestros ojos. Tuve reminiscencias, tratando de aferrarte a mi memoria. Te dejo una fotografía, mis ojos son para ti, mis fotografías serán tu paisaje, como si con ellas acompañaras mi brazo.
Siempre tuyo... Nikol K.
Antes que nada quisiera pedirte una disculpa por escribir hasta ahora, tuve una ligera recaída y termine en el Hospital, quizá porque es un momento de mucha tensión en mi vida, quizá me pasa al igual que muchos países en el mundo, es un mes de duelo para mí, no precisamente por una tragedia, sino por los recuerdos que vienen a comerme vivo... Al grado que necesitaré una cirugía en la brevedad posible.
He de confesarte que cuando leí lo que escribiste sobre tu cartero, desee con ansias estar en su lugar, ser yo quien llegue a tu puerta y no un desconocido, (aunque en este momento no sé si me reconocerías), y precisamente no llegue a tu puerta a dejarte una carta, sino mis brazos que demandan los tuyos.
La otra noche vino a mi casa el insomnio, por momentos sentía que me asfixiaba, que una fuerza se apoderaba de mí internamente y me invadía como queriendo correrme de mi propio cuerpo. Salí a caminar hasta llegar a una plaza, las luces de la noche que se fundían en la oscuridad me hicieron recordar aquellas noches, nuestras noches en mi automóvil rojo, cuando nos faltaban horas para terminar de vaciar nuestros ojos. Tuve reminiscencias, tratando de aferrarte a mi memoria. Te dejo una fotografía, mis ojos son para ti, mis fotografías serán tu paisaje, como si con ellas acompañaras mi brazo.
Siempre tuyo... Nikol K.