Notas

Querida Dani:

No sé si te gustaría ver el hombre en el que me he convertido, me miro en el espejo y mi barba está de días, al igual que un campo maltratado, tengo los labios secos y la mirada vacía. Lamento mucho no poder llevarte buenas noticias en tanto tiempo, el tiempo no ha sido bueno conmigo y la vida me tiene una gran deuda.

Ahora viajo, miro a los pasajeros, parecen felices, la felicidad es tan top en estos días como una foto falsa de perfil, ya sabes, la utopía de las redes...
Miro por la ventana, sigo escogiendo el asiento de la ventanilla, de alguna manera me hace sentir a salvo, las verdes llanuras y lo que oculta la montaña me recuerda a ti, tan lejana y cercana a la vez. ¿Dónde estarás? Hay madrugadas en las que no puedo dormir y no me queda más que mitigar el silencio con tantos tintos como sea posible, y entre copa y copa imagino tu vida, ¿qué cielos podrán ser testigos de tu paso vagabundo? Me recuesto en mi terraza y miro las estrellas, fumo un último cigarrillo antes de dormir o despertar, te imagino ahí, en una hermosa calle como las de Praga caminando como solo tú sabes hacerlo, hipnotizando a la gente que te ve pasar. ¿Existirá el hombre que espera tenerte entre sus brazos del otro lado de la acera? Sin dudarlo, es un tipo afortunado, se lleva lo mejor de mí, y yo sigo aquí viajando sin rumbo fijo, mientras tu perfume se va desvaneciendo kilómetro a kilómetro...

Siempre tuyo, N.

Entradas populares